sábado, 31 de marzo de 2012

Nucky





Ahí lo veis. Es Steve Buscemi, caracterizado como Enoch 'Nucky' Thompson, el inventor de Atlantic City, la ciudad del juego de la costa Este de Estados Unidos, modelo de lo que sería luego Las Vegas, eso mismo que nos quieren poner en Barcelona o en Madrid. Esta tarde tenemos a nuestros representantes (?) de ambas comunidades exponiendo sus méritos respectivos (¿hasta dónde están dispuestos a bajarse los pantalones?) para atraer la codiciada inversión.

Residente que soy en Madrid y Barcelona, y no lejos de donde se oferta sitio para el engendro en ambos casos, pienso mucho en Nucky, en su fortuna hecha con el tráfico de alcohol durante la prohibición, en cómo amañaba elecciones y convenciones republicanas de las que luego salían presidentes de Estados Unidos, y en lo bien y lo crudo que lo cuenta Boardwalk Empire, la espléndida serie de la HBO de la que está tomada la imagen. Y que hay que ver, si os gustan las historias rotundas, y no os importa sentir un poco de desasosiego.



Escribo esto antes de que Sheldon Adelson, el 'amigo americano' al que van a lamerle esta tarde la suela de los zapatos los emisarios de nuestros gobiernos (cita del impagable gag de Polónia, visible más arriba), decida a quien le planta el tinglado. Si vio la serie y le gustó cómo lucía el emporio de Nucky en su época de esplendor, con ese paseo de madera al lado del mar, habrá de inclinarse por Viladecans, donde le ofrecen una playa virgen (razón e imágenes aquí).

Si no, tal vez Esperanza Aguirre, con su superior persuasión, prevalecerá. En todo caso, como madrileño y barcelonés que me siento, el resultado de esta tarde será triste. Porque Adelson ni siquiera necesita manipular elecciones para que le extiendan la alfombra. Le hemos salido tan baratos que aquellos a los que hemos elegido se pelean por hacerle el servicio.

Abrazos.

3 comentarios:

Suntzu dijo...

Welcome, Mr. Marshall... and good luck.

Para lo que hemos quedado.

La serie, apuntada.

Saludos.

Si te lo tengo que explicar... dijo...

Mi capacidad de asombro ante la desvergüenza de "nuestros" representantes hace tiempo que rompió la escala... Nos venden!

Pdta: Con tu permiso lo comparto en el fb.

Pilar dijo...

A mí cualquier cosa que hagan ya no me sorprende. Será porque ya no espero nada de ellos. Habrá quien vea el lado bueno, pero yo sólo veo el lado triste. Es una pena que se invierta dinero en este tipo de cosas, se supone que para entretenernos, cuando hay otro tipo de actividades mucho más educativas y constructivas que nos podrían hacer prosperar. Qué triste.
Lorenzo, yo también lo comparto.